Nada se compara con la alegría de recibir a un nuevo bebé en la familia, por eso es que es habitual que los abuelos, los tíos y primos se apresuren a visitar al nuevo integrante para acompañarlo en sus primeros días de vida.
Sin embargo, esto no es lo más favorable para la salud de los pequeños, quienes están susceptibles de contraer virus respiratorios, como sincitial, que podrían provocarles hasta la muerte. Lea aquí: Mieloma múltiple: de cáncer incurable a esperanza de vida
“Los recién nacidos, y especialmente los prematuros o los que tienen bajo peso al nacer, presentan un riesgo alto de infección del tracto respiratorio que puede causar síntomas graves como dificultad respiratoria, apnea o inestabilidad hemodinámica”, explica un artículo sobre infecciones respiratorias en recién nacidos de la Biblioteca Nacional de Medicina (EE. UU.).
Lo anterior se debe a que el sistema inmunitario de los más pequeños no es lo suficientemente maduro para responder a las infecciones respiratorias, como ocurre con los adultos. Además, el esquema de vacunación para los bebés comienza a partir de los dos meses, por lo que en sus primeras semanas de vida están más expuestos. Lea aquí: Obesidad en niños y jóvenes se duplicará para 2030, según revela estudio
“Esas condiciones hacen que la carga de la enfermedad respiratoria sea más importante en el menor de cinco años, muchísimo más en el menor de un año, pero significativamente mayor en el menor de seis meses y recién nacido, esos son los que más enfermedad grave presentan, los que más se complican y tienen más riesgo de morir”, explica María Isabel Uscher, médica pediatra, experta en patologías infecciosas y medicina preventiva.
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Vacunación capullo
La experta señala que para disminuir las probabilidades de que los bebés, especialmente, los menores de dos meses, se contagien con virus respiratorios es necesario llevar a cabo en familia la vacunación capullo, una estrategia que consiste en mantener ‘blindados’ a los recién nacidos a partir de la inmunización de su círculo familiar más cercano.
Esta estrategia capullo tiene como pilar la vacunación durante el embarazo, con el esquema aprobado en la norma colombiana, pues desde ese momento la mamá puede compartir anticuerpos con el bebé a través de la placenta y una vez nazca, a través de la leche materna.
“Pero también se debe tener en cuenta a quienes están alrededor de la mamá y del bebé, por ejemplo, a los primos y hermanos adolescentes que son los que más cargan patologías respiratorias como la tos ferina; se trata de proteger a las personas que están alrededor, creando un capullo de protección para ese bebé vulnerable”, indica la Dra. Uscher.
La lactancia materna no solo contribuye a la adecuada nutrición de los bebés hasta los seis meses sino que favorece la transmisión de anticuerpos de la madre a su hijo.
También es importante tener en cuenta a los abuelos, ya que los adultos mayores también son población de riesgo para los cuadros graves de infecciones respiratorias. “Hay abuelitos y abuelitas conviviendo con el bebé, acompañando a sus nietos a crecer y si estas personas mayores no están vacunadas pues obviamente tienen hay más riesgo de infecciones”, explica la experta. Lea aquí: El duelo de una madre: tras perder a Emilia salió el arcoíris
Por supuesto, la estrategia capullo se completa con la vacunación del papá del recién nacido, especialmente si convive con la mamá y el bebé. Este círculo de protección favorece el bienestar de los más pequeños del hogar, al tiempo que fortalece la salud de toda la familia.