Tras los excelentes resultados de ‘Frailejón Ernesto Pérez’ y ‘Chica cartón’, su productora, Piragna, ya tiene su nueva serie animada, donde el medio ambiente vuelve a ser protagonista con ‘Semillitas’, que, como su nombre lo indica, rinde homenaje a los alimentos.
Es por eso por lo que Piragna retomará la narrativa que comenzó en 2016 con la serie musical ‘Cuentitos mágicos’, para darle vida a una cebolla cabezona, una zanahoria o una cebolla larga que viven situaciones inesperadas que tienen como propósito crear conciencia sobre el mundo. Lea aquí: ‘Juanpis’ llega a Netflix con una película llena de humor
En un capítulo, por ejemplo, Champiñón se va de pesca, pero lo que saca del fondo del agua es basura que va poniendo en su sombrero hasta que decide irse remando con la raqueta que encontró.
Semillitas’, disponible en la plataforma de streaming YouTube surgió a partir de una experiencia que el equipo de Piragna tuvo en Chile, país en donde fueron reconocidos por la serie de ‘Frailejón Ernesto Pérez’, pero donde no habitan los frailejones.
Debido a la geografía, lo que hay son cultivos de aguacate, pero la abundancia de éstos ha creado una problemática ambiental por falta de agua. Fue entonces que tomaron la decisión de producir esta serie animada sobre aquellas plantas o alimentos que no se encuentran fácilmente en todos los territorios del mundo. Lea aquí: ‘Tigers’, la película que se grabó en el sector ‘11 de noviembre’ de Olaya
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‘Semillitas’ tiene otro valor y es que las madres pueden reproducir tranquilamente cada capítulo porque el contenido es sano y la música tiene como propósito calmar al niño. Esto es especialmente importante porque, aunque abundan los contenidos en las plataformas digitales, no se encuentra fácilmente uno que esté destinado a tranquilizar a los más pequeños.
La serie, que no es hablada y recurre al lenguaje simple acorde al público objetivo, es protagonizada por Champiñón, Rosa, Cebollín y Zanahoria, personajes que tienen una estética de bebés tiernos que viven sus aventuras en paisajes sencillos. Al evitar los diálogos, Piragna da un guiño al cine mudo y da más importancia a la música inspirada en las rondas infantiles y a la estética de colores pasteles que recuerdan la técnica de la acuarela o las esquelas típicas de los últimos años del siglo pasado.