Desde 1987 y gracias a la acción de a Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe cada año se conmemora el Día Internacional de la Acción por la Salud de las Mujeres el 28 de mayo, a fin de reconocer y atender todas las necesidades de mujeres y niñas en todas las etapas de su vida.
“El objetivo de instaurar dicho día fue lograr refrendar el derecho a la salud como derecho humano al que las mujeres deben acceder durante todo el ciclo vital, sin restricciones ni exclusiones, para lo cual se llevarían a cabo acciones enfocadas a su salud y sus derechos reproductivos”, explica una publicación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México.
Cuando se habla de salud en la mujer se hace referencia a aquellas enfermedades, factores o riesgos que solo están relacionados con el cuerpo femenino. Por ejemplo, aunque las mujeres puedan ser tan propensas como los hombres a sufrir el síndrome del intestino irritable, cuando se habla de la salud de la mujer, se mencionan otros riesgos y problemas como la depresión postparto, el síndrome premenstrual u operaciones. Lea también:Histerectomía: en qué casos sí y en cuáles no.
“La salud de las mujeres se encuentra estrechamente vinculada a las fases del cuerpo relacionadas con aspectos como la sexualidad, la fertilidad, las hormonas y el ciclo menstrual. Es esencial considerar el cuerpo femenino en su totalidad, evitando abordar los síntomas de manera aislada y reconociéndolos como parte integral de un conjunto más amplio”, explica la Dra. Paola Lozan, médico cirujano y miembro de Heel Colombia.
A continuación, algunos de los muchos aspectos que merecen particular atención en la salud de la mujer:
La primera vez en el ginecólogo
Uno de los aspectos más importantes a considerar en la salud femenina es el síndrome premenstrual que comprende todos aquellos cambios hormonales y alteraciones físicas a partir de la menstruación.
Aunque no afecta a todas las mujeres ni de igual manera entre quienes la padecen, es importante monitorearlo ya que se puede presentar en cuadros más graves como el síndrome premenstrual disfórico que ocasiona una gran inestabilidad emocional, extrema irritabilidad e incluso comportamiento antisocial. Le puede interesar: Usas brasier al dormir mitos y verdades sobre este hábito.
Lo recomendado es que desde los 18 o 20 años se visite por primera vez al ginecólogo. También cuando se mantienen las primeras relaciones sexuales o la mujer es activa sexualmente. El principal motivo es un simple control o chequeo que incluye citologías y el exudado vaginal.
Cánceres ginecológicos,
Otro de los aspectos importantes en la salud femenina son los cánceres ginecológicos que son mayormente detectados en el rango de edad de entre 35 años hasta los 60 años.
En general, junto con el cáncer de pulmón y el colorrectal, los ginecológicos son los cánceres más comunes en las mujeres, sobre todo el cáncer de seno . Por ello, conviene que desde los 20 años o antes las mujeres se hagan citologías y a partir de los 30 o 40 años, mamografías y sonomamografias, para así poder detectar posibles bultos o tumores benignos o cancerosos.
Es importante recordar que la vacuna del virus del papiloma humano puede recibirse desde los 13 o 14 años de edad y que es un método principal de prevención del cáncer de cuello de útero, uno de los cánceres más comunes en las mujeres jóvenes.
Salud mental en la mujer
La depresión es más común en las mujeres (5,1%) que en los hombres (3,6%) y en el caso de la depresión unipolar, es dos veces más frecuente. Se estima que, anualmente en el mundo, aproximadamente 73 millones de mujeres adultas padecen depresión mayor.
La salud mental de la mujer está unida a su edad, ciclos fértiles y etapas sexuales. Por ejemplo, la menopausia es un momento delicado para la mayor parte de mujeres que sufren algunos síntomas de depresión, irritabilidad o insomnio.
Estas son algunas prácticas que pueden ayudar a la mujer a tener una mejor salud mental:
• Realizar actividad física regular
• Descansar las horas adecuadas
• Medicamentos biorreguladores
• La meditación
• Trabajar las habilidades para gestionar las situaciones de estrés de manera positiva.