El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica, de causas desconocidas, que afecta al menos a 10 millones de personas en el mundo, según Parkinson’s Foundation, que recopila información al respecto.
Esa organización reseña que la incidencia aumenta con la edad, siendo 60 años el promedio de mayor aparición de los síntomas, pero alrededor de un 10% de las personas son diagnosticadas antes de los 50.
Según las investigaciones, los hombres tienen ligeramente más probabilidades de padecerlo que las mujeres, además algunos estudios muestran que los afroamericanos y los asiáticos son menos propensos al parkinson que los de origen caucásico, aunque las razones no están claras. (También le puede interesar: Crearon un guante que frena temblores del Párkinson: esta es su tecnología)
Panorama actual
Esta enfermedad tiene síntomas motores como temblores, rigidez y dificultades para caminar, así como los problemas cognitivos y emocionales, que impactan en la calidad de vida de quienes la padecen y de sus seres queridos, reseña la misma Parkinson’s Foundation.
Sin embargo, desde 1817, cuando la enfermedad fue descrita por primera vez por James Parkinson, los avances médicos brindan cada vez nuevas esperanzas. Investigaciones recientes han arrojado luz sobre enfoques innovadores en el tratamiento del Parkinson, lo que promete mejorar la calidad de vida de los pacientes y abrir nuevas perspectivas para la gestión de esta enfermedad.
Ejercicio, un aliado
Si bien, aún no existe una cura para el Parkinson, hay opciones de tratamiento, como los medicamentos y la cirugía para controlar los síntomas. El ejercicio también es un elemento vital en el control de la enfermedad.
Un monitoreo de 2.940 pacientes de la enfermedad de Parkinson, del Parkinson’s Outcomes Project de la Parkinson’s Foundation, descubrió que quienes hacían ejercicio 2.5 horas por semana tenían una mejor calidad de vida en cuanto a su salud y mostraban menos síntomas.
Sobre las opciones quirúrgicas
Las opciones quirúrgicas, como la estimulación cerebral profunda, pueden ayudar a aliviar los síntomas de Parkinson si el paciente tiene una respuesta favorable a los medicamentos. Sin embargo, la cirugía sólo es efectiva para un número reducido de pacientes de Parkinson y solo se recomienda si la persona cumple con criterios específicos. Esta técnica implica la implantación de electrodos en ciertas áreas del cerebro para modular la actividad neuronal y reducir los síntomas motores.
Terapia génica, otro camino
Según la misma Parkinson’s Foundation, diversas empresas están estudiando el potencial de varias terapias génicas (en fase de investigación), con enfoques diseñados para: regenerar el sistema dopaminérgico, reponer la dopamina perdida y rescatar las células moribundas. Estas terapias podrían beneficiar el tratamiento de los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad.
Adicionalmente, en 2023 un estudio compartido por la revista PNAS reveló que entre el 20 y el 30% de las personas poseen variaciones de un gen relacionado con el sistema inmunológico que podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer y Parkinson. El estudio mostró que los individuos con la variante genética HLA-DRB1*04 (o DR4) tenían un riesgo reducido de padecer estas enfermedades neurodegenerativas. En cuanto a ello, esto sugiere un potencial para nuevas vacunas contra estas enfermedades.
El papel de los biomarcadores
Además de los avances en el tratamiento y las cirugías, los estudios sobre biomarcadores y diagnóstico temprano cobran cada vez más importancia. Investigadores estadounidenses han desarrollado una plataforma de ensayo molecular prometedora para detectar tempranamente la enfermedad y otros trastornos neurodegenerativos conocidos como alfa-sinucleinopatías.
La identificación de biomarcadores precisos podría permitir un diagnóstico más temprano, lo que a su vez abre la puerta a intervenciones terapéuticas más efectivas en las etapas iniciales de la enfermedad. (Lea también: Reflexiones de un paciente con enfermedad de Parkinson)