De aprender sobre el chocolate, a enseñar y crear una empresa en torno a esta deliciosa preparación hecha a partir del cacao. Así es la historia de Luis Ernesto González Hidalgo, un comunicador audiovisual venezolano que, tras cinco años en Colombia, ha logrado consolidar el proyecto de Indeca, una pequeña empresa familiar productora de cacao que da frutos en su vida. (También le puede interesar: Homero León, el guitarrista y fisiculturista que es feliz en Cartagena)
Luego de años de estudios y de asistir a las clases de María Fernanda, quien “era una maestra del chocolate”, como la llama él, quedó enamorado de este arte culinario y decidió explorar otros países de América del Sur para prender más. Así fue como voló desde Venezuela a Colombia para encontrar esas siembras de cacao que le ayudará a emprender su propia empresa productora que, en su caso, no solo produciría, también enseñaría técnicas de producción y aportaría a la economía de las personas de los pequeños municipios que viven del cultivo de este apetecido producto.
La travesía – la labor
En 2018, cuando empezó su travesía por Colombia, en las bajas temperaturas de Santa Rosa de Osos, un pequeño municipio de Antioquia, y teniendo de referencia al imperial chocolate suizo, considerado el mejor del mundo, Luis decidió montar su propia empresa y de este modo intentar conseguir el mejor chocolate que podría dar Colombia, pero no sería hasta 2019 que vería la luz el Instituto para el Desarollo del Cacao + Ron del Caribe, Indeca.
“Quería una empresa familiar en la que pudiera trabajar de manera conjunta, en la que fuéramos un poco libres en nuestros procesos comerciales. Según nuestro tiempo, según nuestro dinamismo y nuestro día a día. Esa fue la intención inicial”, afirma Luis.
Cuando habla del comienzo del proyecto, recuerda: “Empezamos a hacer chocolate, comenzamos a vender nuestros propios chocolates, nuestra propia marca, estábamos teniendo una producción aproximada de una tonelada y media mensual de cacao, eso era mucho chocolate para nosotros, un grupo familiar”. Pese a no tener un gran alcance comercial, sus producciones se encontraba por las nubes, sin embargo siempre encontraban la manera de vender sus productos.
Además de producir cacao y chocolate, Indeca también ofrecía talleres y educaba a ajenos y propios, pero sobre todo a los agricultores que en este dulce mundo hallaban su sustento. Por su parte, la comunidad de Santa Rosa de Osos recibió con buenos ojos el aporte de la empresa, ya que no solo aportaba conocimientos relacionados a la gastronomía sino a la economía del pueblo en sí. (También te puede interesar: “Nunca pierdan la fe”: talento de Venezuela que se forja en Cartagena)
“Tener nuestra propia marca de chocolate, eso siempre para nosotros fue una idea, pero además de eso queríamos compartir un poco de conocimiento con las personas que necesitaban o que han necesitado el conocimiento necesario para poder transformar el cacao”, menciona Luis.
Enfoque educador
Luis y su familia pasaron de crear a enseñar en un pestañeo, diversas poblaciones se vieron beneficiadas con estos nuevos conocimientos y muchos agricultores aprovecharon este nuevo porvenir. El mensaje era: “Siembren cacao pero también transformen porque la transformación del cacao es lo que realmente da la posibilidad de poder obtener mejores oportunidades”.
Estas clases se dieron en el contexto de la pandemia por el Covid-19, por lo que los encuentros fueron a través de la plataforma Zoom, pero esto no disminuyó el interés de ellos por enseñar y de los estudiantes por aprender, ya que al final producían cacao y vendían sus chocolates como pan caliente.
De hecho Luis recalca que: “La pandemia, para nosotros en Indeca, fue un crecimiento total y una oportunidad enorme de poder seguir produciendo a puerta cerrada y dar clases y y poder empezar a experimentar las nuevas maneras de comercialización”.
Desde este punto, su empresa puso en práctica los medios digitales, las ventas por Internet y marketplaces, así que las ventas se daban por su página web.
Y así tocaron los corazones de personas desde el Eje Cafetero hasta Bolívar.
La nueva sede
Este año Indeca abrió una sede administrativa en Cartagena, Bolívar, donde empezaron a perfeccionar su comercialización del chocolate y el trabajo educativo con el fin de ayudar a los emprendimientos que viven de esto. Entonces, el 2023 ha sido un año de unidad de sus diversas labores, la educación y la producción. Esto con el fin de lograr incluir su programa educativo en la oferta académica o la oferta de los servicios en las Cajas de Compensación.
Ahora producen desde el Urabá antioqueño y transforman todo el chocolate que distribuyen por el país, generando así oportunidades de empleo. Derivados de sus líneas de educación han ayudado a aquellos chocolateros que quieren montar sus propias fábricas y han logrado que estas produzcan entre 50 y 100 kilos mensuales de chocolates, considerando así un excelente arranque para un emprendedor. Indeca surgió con una idea simple, sin embargo fue evolucionando a un proyecto que ha ayudado a cientos de personas en Colombia debido a una idea muy inocente, hacer el mejor chocolate de Colombia.