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La profe María Tereza fomenta la integración desde su aula en Arroz Barato

La docente cartagenera abre su corazón tanto a los niños y niñas de la ciudad como a los migrantes, sembrando en ellos la semilla de un mejor futuro.

La profe María Tereza fomenta la integración desde su aula en Arroz Barato
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Cada quien puede encontrar en el mundo una pequeña o gran forma de generar cambios, de ser empáticos y de ayudar al desarrollo de su comunidad. La de María Tereza Meza Lara definitivamente es la educación, esa que imparte con esmero y dedicación desde una pequeña y humilde escuela que funciona en su propia vivienda. Decidió llamarla ‘Mi Primera Estación’, pues en este espacio reciben clases, cuidados y refuerzos escolares niños y niñas pequeños. Esta mujer cartagenera confirma que educando y, a través de la comprensión, se pueden cambiar muchas vidas, especialmente de quienes tienen el futuro en sus manos.

María, profesora de castellano y matemáticas de este colegio, que se encuentra en el barrio Arroz Barato, se ha dedicado con su corazón y esfuerzo a ayudar a los niños y niñas de su comunidad, pero también atiende a los hijos de quienes llegan desde Venezuela buscando una mejor suerte, para que encuentren en su aula de clases un lugar seguro. Afirma ser consciente de las situaciones que enfrentan quienes migran y por ello les presta su ayuda.

En sus 15 años de experiencia, la profesora Meza ha demostrado que sus clases son más que palabras y números, son una herramienta de transformación que ahora está al servicio de los menores que dejaron todo atrás junto con sus padres y se acoplan a una nueva realidad, a una nueva vida.

Los estudiantes de María Tereza cada día crecen más y se convierten en mejores personas. // FOTO: Cristian Agamez
Los estudiantes de María Tereza cada día crecen más y se convierten en mejores personas. // FOTO: Cristian Agamez

Desde su primer estudiante de Venezuela

Con sus brazos abiertos y enseñándoles valores, ella acoge a estos chicos en un ambiente amoroso. Desde ya hace 8 años, cuando llegó el primer estudiante desde Venezuela, ella ha motivado a sus alumnos a ser mejores cada día y a dar lo mejor de sí, como la buena profesora que es. “Algunos de los padres de los niños que llegan aquí están pasando necesidades, entonces de cierta forma lo que hacemos es brindarles un apoyo”, detalla y, al tiempo, menciona que le gustaría poder mejorar las condiciones del lugar donde dicta clases para que sus estudiantes estén mucho más cómodos.

La historia de María es un testimonio del poder de la educación como una herramienta de integración y transformación, es un ejemplo inspirador de cómo un individuo puede marcar una diferencia significativa en la vida de los demás a través de la educación y la empatía.

Su compromiso con las niñas y los niños venezolanos migrantes no solo está cambiando sus vidas en el presente, sino que también está sembrando las semillas para un futuro mejor.

En estos tiempos difíciles, la labor de la profe María nos recuerda que, con compasión y dedicación, podemos superar cualquier obstáculo y brindar esperanza a quienes más lo necesitan, de este modo la docente envía un mensaje de amor y unión a las personas: “Seamos colaboradores y personas de bien, sin mirar a quien”.

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