En la comunidad de Barú, poblado isleño rodeado de aguas azules, los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en la diversidad afrodescendiente, disfrutar de la cocina tradicional y participar de rutas etnoculturales. Lea aquí: Corregimiento de Barú estrena nueva subestación de Policía
Los vibrantes murales que embellecen y transforman los espacios comunitarios en Barú, cuentan la historia ancestral de este corregimiento de Cartagena, con una sinfonía de colores única y una imaginación desbordante, atrayendo la atención de aquellos que los aprecian y desean capturar su esencia en una foto.
El apoyo de empresas cercanas a esta comunidad, como la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC LNG), ha sido fundamental para rescatar espacios colectivos, facilitar reencuentros familiares y comunitarios, promover espacios para compartir historias, celebrar tradiciones y fortalecer los lazos ancestrales de esta comunidad afrodescendiente. Lea aquí: Somos Barú se mantiene al servicio de los baruleros
Los últimos murales creados resaltan la cultura local y están ubicados estratégicamente para que los visitantes puedan apreciarlos mientras disfrutan de las bellezas naturales del pueblo.
Estas obras no solo llenan de vida y color las calles de Barú, también reflejan la diversidad cultural, el espíritu de la mujer afrodescendiente y la importancia de la conservación de los manglares y la fauna nativa.
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Leonard Vallecillas, representante legal del Consejo Comunitario, destaca el impacto positivo que estos proyectos han tenido en la comunidad.
“El respaldo de empresas como El Cayao nos ha permitido visibilizar nuestra comunidad y mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes. Nos hemos sentido respaldados para el desarrollo de estos proyectos que nos ayudan a promover el reconocimiento de nuestras tradiciones y valores ancestrales”, sostuvo el líder. Lea aquí: El patrimonio cultural escondido en la península de Barú
Además de los murales, el trabajo articulado entre el Consejo Comunitario de Barú y El Cayao ha contribuido a la recuperación de zonas verdes como el emblemático parque La Bonga, y la señalización de 36 calles de la comunidad, para fortalecer la identidad local y la apropiación de espacios colectivos.