A las bajas de Świderski, que se lesionó al celebrar el tanto marcado, y Lewandowski, que disputaba su partido número 150 con la selección, se une la de Milik, que hace un par de días tuvo que abandonar la concentración por otra lesión, con lo que Polonia puede presentarse en la Eurocopa prácticamente sin dientes.
En lo estrictamente deportivo, el encuentro tampoco brindó muchas alegrías a los polacos, aparte del resultado, pues Turquía se prodigó mucho más en los tiros a puerta (7 ocasiones claras frente a 4 de los polacos) y mantuvo un control férreo del balón con un 60 % de posesión.
Arda Güler, que actuó como extremo derecho, fue un verdadero dolor de cabeza para la portería que defendió Szczęsny y, con un poco más de fortuna, podría haber anotado en al menos dos ocasiones desde su entrada en el terreno de juego al comienzo de la segunda mitad.
El gol tenía que llegar para los turcos y así fue en el minuto 77, cuando Yilmar coronó una de las muchísimas ocasiones en que los turcos se plantaron en el área rojiblanca.
Zalewski anotó, al filo del minuto 90, su primer gol con la selección y el segundo para la escuadra nacional polaca, con lo que se salvó la cara frente a la afición que se congregó en el Estadio Nacional PGE de Varsovia.
Michał Probierz, el míster polaco, se verá en aprietos para armar un equipo con garantías ofensivas en la Eurocopa, al igual que la veterana selección polaca, que, huérfana de sus principales artilleros, deberá reinventarse a sí misma para lograr algo positivo en el campeonato europeo que está a la vuelta de la esquina.