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Columna

Dos contratos que le quitan brillo al gobierno de Turbay

Hay otro lleno de ruidos que Edurbe entregó a dedo con plata del Ider para el mejoramiento del Coliseo Bernardo Caraballo.

Tatiana Velasquez

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La periodista Laura Ardila denunció ayer, en El Espectador, que detrás de un contratista seleccionado a dedo por Edurbe, con recursos del Instituto Distrital de Deporte y Recreación (Ider), hay una telaraña vinculada con el corrupto zar de la contratación Emilio Tapia. Ardila encontró tres datos claves.

Pero antes, algo de contexto para entender cómo uno de los mayores rostros de la corrupción en Colombia termina saliendo a flote en un contrato del gobierno de Dumek Turbay. El 19 de febrero, el Ider suscribió con Edurbe un contrato interadministrativo por $9.854 millones para obras en la Villa Olímpica. Lo firmaron Campo Elías Terán, director de ese instituto, y Fanny Guerrero, en representación de Edurbe.

Por invitación directa, Edurbe contrató el 29 de febrero al Consorcio Villa Olímpica, integrado por la empresa cartagenera Ingenieros Consultores & Constructores (Ingecón SAS), con el 30%, y la paisa Grupo Constructores Antioqueños SAS, con el 70%.

Ardila encontró que uno de los representantes del Grupo Constructores Antioqueños, constituido hace tres años y cuyos accionistas son cartageneros, ha sido Álvaro Torres Buelvas. Él fue administrador de la sociedad Omega Buildings Constructora, controlada por Emilio Tapia en el recordado proceso de Centros Poblados, durante el gobierno de Iván Duque.

El segundo dato que Ardila encontró es que el presidente de la junta directiva del Grupo Constructores Antioqueños es Luis Alberto Morales Acevedo, exrepresentante legal de LT Buildings, empresa que tuvo entre sus directivos a Juan Sebastián Vergara. Este último gerenció Omega Buildings Constructora, la ya mencionada firma de Centros Poblados.

Y el tercer dato clave es que una de las accionistas del Grupo Constructores Antioqueños es Inversiones Grandes Vías e Ingeniería, que tiene lazos con la ingeniera Karol Eugenia Huertas Barrios. Ella, dueña de una empresa registrada como propietaria de Inversiones Grandes Vías, ha trabajado en consorcios dirigidos por Juan Carlos Aldana, primo de Emilio Tapia y también condenado por el carrusel de la contratación de Bogotá.

Además de ese contrato, hay otro lleno de ruidos que Edurbe entregó a dedo con plata del Ider para el mejoramiento del Coliseo Bernardo Caraballo. Se lo ganó DGR Proyectos y Servicios Integrales, propiedad del arquitecto Dulis Alberto Garrido Raad, exsecretario de las carteras de Planeación e Infraestructura durante la Gobernación de Turbay en Bolívar. El periodista Antonio Canchila descubrió que la firma T&G Consultores SAS, a cargo de la interventoría de esa obra, es propiedad de un hermano materno y un sobrino de Garrido. En un reportaje de La Contratopedia Caribe, detalló otros lazos que unen al contratista con su interventor. Con la sombra de Emilio Tapia en un contrato y con un ‘yo con yo’ en otro, el discurso de ejecución eficiente del alcalde Turbay no brilla tanto como su eslogan de gobierno. Por el contrario, en menos de un semestre ya son varias las decisiones opacas.

*Cofundadora de La Contratopedia Caribe.

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