Los encierros de toros de Pamplona, en la región de Navarra, en España, forman parte de la tradición más arraigada y forman parte de uno de los festivales más emblemáticos del país.
Para quienes alguna vez se preguntaron qué motiva a miles de participantes que cada año acuden a esta ciudad y llenan sus calles de adrenalina, esta es la historia detrás de esa costumbre. Y tú, ¿Te animarías a reservar algunos de los vuelos a Madrid y ser parte de esta experiencia?
Fiesta de San Fermín
San Fermín fue un santo mártir Cristiano nacido en Pamplona en el siglo III. Ejerció como obispo en Francia y fue asesinado durante la persecución a los cristianos bajo las órdenes del emperador Diocleciano.
Su asesinato como mártir le valió la santificación y, a partir del siglo XIV, la conmemoración de su muerte en el mes de julio se convirtió en una de las más importantes fiestas patronales de toda España, especialmente en Pamplona, en la región de Navarra, de donde el santo era originario.
Parte de los eventos y las celebraciones de la fiesta de San Fermín consistía en las corridas de toros tan populares y característicos de España hasta hace algunos años. Los toros eran trasladados desde los corrales de Santo Domingo, que estaban ubicados a las afueras de la ciudad, hasta la plaza de toros a través de las calles de Pamplona.
Los “mozos”, que corrían delante de los toros, eran los encargados de guiarlos en este trayecto urbano hasta la plaza, donde luego se exhibirían en las corridas. Los lugareños acompañaban este recorrido marcando los límites con varas, encerrando de este modo a los toros. Con el tiempo estos encierros se convirtieron en una parte fundamental y uno de los mayores atractivos de la fiesta denominada sanfermines.
Desafío y adrenalina pura por las calles de Pamplona. ¿Qué son los encierros?
Esta festividad de origen medieval terminó por convertirse en uno de los grandes atractivos para cualquier turista que visite España.
Los encierros, tal como hoy los conocemos hoy, cobraron gran popularidad en el siglo XIX, cuando comenzaron a atraer turistas de otras regiones de España y de todas partes del mundo.
Así comienzan a llegar y se congregan, desde los primeros días de julio, los valientes que quieren probar la adrenalina de correr delante de estos toros bravos, o simplemente, no con menos adrenalina, ser espectadores de este evento icónico.
En un trayecto de 850 metros, desde los corrales de Santo Domingo y a través de las calles del centro histórico de Pamplona, los corredores, vestidos tradicionalmente con camisa y pantalón blanco y un pañuelo rojo en el cuello, corren delante de los toros hasta la plaza.
Si bien esta fiesta con el tiempo se ha vuelto controvertida por diversos motivos, especialmente en cuanto a la seguridad tanto de los toros como de los participantes, hoy se lleva a cabo en un entorno más cuidado y seguro para ambos.
Más de un millón de visitantes transitan por las calles de Pamplona durante los nueve días que dura la fiesta de San Fermín en el mes de julio cada año. Esto lo convierte en uno de los eventos turísticos más importantes de España.
Los festejos por estos días
El paso del tiempo ha ido aunando diferentes tradiciones que le dieron forma a la fiesta como hoy la conocemos. Algunas de estas novedades que se sumaron a la tradición durante el siglo XX son el chupinazo y el Riau-Riau.
El chupinazo es el lanzamiento de un cohete que ocurre a mediodía en la Plaza del Ayuntamiento, y da oficialmente inicio a la festividad. Mientras que, el Riau-Riau es una procesión que se realiza desde la iglesia de San Lorenzo hacia la plaza del Ayuntamiento, donde se recibe a la comitiva con bailes y danzas tradicionales.
Además de los encierros, las calles de Pamplona se llenan de tantas actividades culturales como música, danzas, peñas, conciertos y espectáculos de todo tipo. La gastronomía también tiene un papel fundamental en este entorno, en el que se ofrecen platos típicos y especialidades regionales en los puestos callejeros, bares y restaurantes.
Los visitantes pueden disfrutar de una amplia variedad de delicias culinarias típicas de la región, como pintxos, chistorra, tortilla, pimientos del piquillo rellenos o un sabroso plato de cordero al chilindrón.
Independientemente de los cambios con el paso del tiempo, la fiesta de San Fermín continúa siendo uno de los símbolos de la identidad de Pamplona y uno de los eventos que, todo amante de los viajes, debería incluir en su lista de lugares para visitar al menos una vez en la vida.