En el invierno de 2023, expertos sanitarios de toda Europa empezaron a notar que estaba pasando algo raro. Los casos de tos ferina, también conocida como pertussis o tos convulsiva, estaban aumentando. Y el fenómeno se replicaba también en Estados Unidos, además de Reino Unido.
El más reciente reporte del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades señala que la mayoría de los casos se produjeron en bebés, la población en la que la tos ferina puede resultar mortal. El segundo grupo con mayor número de contagios notificados es el que va de los 10 a los 14 años. Lea aquí: Pico de infecciones virales en Cartagena: experto entrega recomendaciones
Solo en los tres primeros meses de 2024 se notificaron alrededor de 32 mil casos, no muy lejos de los 38 mil contagios anuales registrados en promedio en el Viejo Continente.
Estas cifras deben interpretarse con cautela, dice Paul Hunter, profesor de medicina en la Universidad de East Anglia (Reino Unido). Los casos podrían ser más que los notificados oficialmente, estima. Y debido a que la enfermedad es más grave en los bebés, tienen más probabilidades de ser diagnosticados que otros grupos etarios. Por ello, existe la posibilidad de que haya más casos en personas mayores que no han sido descubiertos.
Vacunarse en el embarazo
En sus etapas iniciales, la tos convulsiva se presenta como un resfrío común. Los pacientes pueden experimentar fiebre leve, estornudos y tos ocasional. Sin embargo, tras algunas semanas, pueden comenzar los ataques de tos caracterizados por un ruido agudo. Esta etapa puede durar hasta 10 semanas.
Los expertos sostienes que no saben por qué los casos están aumentando. Como ocurre en la mayoría de los brotes de este tipo, podría tratarse de una combinación de varios factores. Lea aquí: Mujeres jóvenes tratadas por cáncer de mama pueden tener hijos
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Junto con una disminución general en las tasas de vacunación infantiles, podría también influir una caída en toda Europa en los niveles de inmunización contra la tos ferina durante el embarazo. Esto ayudaría a explicar el incremento de los casos en bebés, que cuando nacen no tienen protección contra esta enfermedad si sus madres no se han vacunado.
La mayoría de los casos se produjeron en bebés, la población en la que la tos ferina puede resultar mortal.
Las tasas de vacunación varían enormemente dentro del continente europeo. En España, alrededor del 88 por ciento de las mujeres embarazadas se vacunaron contra la tos ferina en 2023. En República Checa, donde ha habido un fuerte incremento de los casos, solo el 1,6 por ciento de las mujeres embarazadas se había vacunado. Lea aquí: Desigualdades en el tratamiento del cáncer afectan a las minorías en EE.UU.
El papel del coronavirus
Otro factor que debe considerarse es lo que los expertos en salud llaman una caída en la inmunidad de toda la población desde la pandemia del SARS-CoV-2. Con los estrictos protocolos aplicados durante la pandemia para protegerse del coronavirus -mascarillas, lavado de manos, distancia física-, los casos de gripe y estreptococos cayeron a mínimos históricos.
Desde que se terminó la pandemia, han vuelto a subir. Pero Hunter dice que esto no puede explicar del todo el dramático aumento de casos de pertussis, porque esa enfermedad no era masiva entre la población antes de la pandemia. Y si bien los casos de gripe han aumentado al doble desde el fin de la pandemia, los de tos ferina lo han hecho por diez. Lea aquí: Estos son los beneficios cardiovasculares de la cáscara de naranja
Vacuna contra la tos ferina
El tercer factor podrían ser las propias vacunas contra la tos ferina. La primera inmunización se introdujo a mediados del siglo XX en países desarrollados. Aunque fue muy eficaz, se asoció con efectos secundarios negativos. A fines de los noventa se introdujo una vacuna contra la tos ferina de segunda generación. Y si bien no generó efectos secundarios, fue un poco menos eficaz y su protección duraba menos.
No se sabe con qué frecuencia se puede vacunar sin que pierda eficacia”.
Andrew Preston, profesor y experto en tos ferina de la Universidad de Bath, en Reino Unido.
El aumento de los casos presenta preguntas difíciles, dice Andrew Preston, profesor y experto en tos ferina de la Universidad de Bath, en Reino Unido. Los refuerzos en la vacunación podrían ayudar a reducir los contagios, pero “no se sabe con qué frecuencia se puede vacunar sin que pierda eficacia”. Lea aquí: 28 de mayo: Día Internacional de la Acción por la Salud de las Mujeres
Preston señala que existen nuevas vacunas, algunas de las cuales podrían ofrecer una protección muy superior a la disponible hasta ahora. Sin embargo, eso requeriría cambios en el calendario de vacunas actual. En buena parte de Europa, la dosis contra la tos ferina se incluye junto a otras cinco vacunas en una sola inyección. “Habría que reformular todas esas otras vacunas, y esa tarea es titánica”, dice el especialista.